El conjunto residencial cerrado: una manifestación de la auto segregación socio espacial del área urbana de Quito

Abstract

La aparición de los conjuntos cerrados en Latinoamérica constituye un fenómeno urbano que ha tomado mucha importancia en las últimas décadas, debido principalmente a la percepción de inseguridad urbana, el deseo de lograr un mejor estatus social, el acceso privilegiado a infraestructuras verdes, recreativas, como también de servicios por parte de pocos grupos de estratos sociales medios y altos. A este tipo de manifestación se lo denomina segregación socio espacial, generalmente asociada y ocurrente a los grupos con menores oportunidades económicas, y pocas opciones de situarse en el interior del espacio urbano, como producto del alto precio del suelo. Sin embargo en la actualidad la auto segregación es también una nueva forma de segregación socio espacial en las urbes y diferenciado de la segregación por “la capacidad de decisión del individuo o las familias para decidir su punto óptimo de localización espacial de acuerdo con su gusto, preferencia o creencias”.(Navarrete & Peña, 2017). Por otra parte este fenómeno también es característico de las ciudades ecuatorianas, en donde los conjuntos residenciales cerrados forman parte de los tejidos urbanos en una especie de “mutación en la trama urbana que no solo se deriva en las transformaciones paisajísticas sino que también genera transformaciones en los procesos sociales, es decir, en la urbanidad de los habitantes y del entorno”.(Cortez, 2013a) El presente trabajo es abordado con el objetivo de caracterizar la auto segregación vista desde los conjuntos residenciales cerrados como manifestación de este fenómeno socio espacial.